La creación del servidor consiste, básicamente, en la instalación de paquetes de aplicaciones, y en la configuración específica de dichas aplicaciones para nuestro sistema.
Cuando se instala un paquete de software, se genera una configuración básica que ofrece unas funcionalidades relativamente reducidas o limitadas. Algunas de estas funcionalidades se desactivan después de la instalación por motivos de seguridad. Por tanto, para obtener el máximo rendimiento de estas aplicaciones, es necesario personalizar y afinar su configuración.
Sin embargo, debido a que un pequeño error de configuración puede dañar el sistema e inutilizarlo, siempre hay que tomar algunas precauciones antes de modificar cualquier configuración.
El siguiente principio es básico y fundamental, seguirlo le ahorrará dolores de cabeza: nunca altere un archivo sin hacer previamente una copia de seguridad. Por ejemplo, si va a modificar el archivo de configuración /etc/network/interfaces, haga antes una copia de seguridad del archivo original utilizando las siguientes líneas de comando:
root@server:~# cp /etc/network/interfaces /etc/network/interfaces.original
En seguida, sí puede editar el archivo:
root@server:~# nano -w /etc/network/interfaces
Pueden contrastarse las diferencias entre el archivo original y el modificado con el comando diff:
root@server:~# diff /etc/network/interfaces.original /etc/network/interfaces 9,10c9,20 < allow-hotplug eth0 < iface eth0 inet dhcp --- > #allow-hotplug eth0 > #iface eth0 inet dhcp > > # Static IP address > auto eth0 > iface eth0 inet static > address 192.168.1.100 > netmask 255.255.255.0 > network 192.168.1.0 > broadcast 192.168.1.255 > gateway 192.168.1.1
En caso de que pretenda restaurar el archivo original, se puede borrar el archivo modificado y reemplazarlo por el original, así:
root@server:~# rm /etc/network/interfaces root@server:~# cp /etc/network/interfaces.original /etc/network/interfaces
Los archivos de configuración son, por regla general, archivos de texto. Por esto, pueden ser modificados con un editor de texto.
Los puristas defienden el vi o vim como editor de elección (Debian 6.0 instala de forma predeterminada una versión más liviana de vim, llamada vim.tiny). Una alternativa posible y, bastante más intuitiva y amigable, es nano.
Para editar un archivo con vi o vim.tiny basta ejecutar el programa añadiendo la ruta al archivo que se va a editar como argumento. Por ejemplo, para editar el archivo /etc/network/interfaces:
root@server:~# vi /etc/network/interfaces
root@server:~# vim.tiny /etc/network/interfaces
Para usar nano hay que añadir la opción -w que evita la inserción de saltos de línea. Esa inserción de saltos de línea puede causar problemas en el archivo de configuración:
root@server:~# nano -w /etc/network/interfaces